Comprendiendo la biodiversidad: Qué es, dónde se halla y su importancia vital
Biodiversidad: Definición, ubicación y su relevancia
«Biodiversidad» se refiere a la vasta cantidad, diversidad y variabilidad de vida en la Tierra. Abarca la diversidad genética dentro de cada especie, la diversidad entre diferentes especies y la diversidad de ecosistemas. Este concepto también incluye cómo esta diversidad varía de un lugar a otro y cambia a lo largo del tiempo. Utilizar indicadores, como el número de especies en un área específica, facilita el seguimiento de algunos aspectos de la biodiversidad.
Se puede encontrar biodiversidad en todo lugar, desde la tierra hasta el agua. Comprende desde microscópicas bacterias hasta organismos más complejos, como plantas y animales. Aunque los inventarios actuales de especies son útiles, no son suficientes para capturar completamente la extensión y distribución de todos los elementos de la biodiversidad. Es posible hacer estimaciones sobre la tasa de extinción de las especies basándose en lo que sabemos acerca de la evolución de la biodiversidad a lo largo del tiempo.
Los ecosistemas ofrecen múltiples servicios que son vitales para los humanos. La biodiversidad juega un papel crucial en el funcionamiento de estos ecosistemas y en la provisión de servicios esenciales. Estos incluyen el ciclo de los nutrientes y del agua, la formación y conservación del suelo, la resistencia contra especies invasoras, la polinización de plantas, la regulación del clima, así como el control de plagas y la descontaminación. En lo que respecta a los servicios ecosistémicos, lo importante no es solo la cantidad de especies, sino también la abundancia de ciertas especies críticas.
¿Cuál es la preocupación por la pérdida de biodiversidad?
La biodiversidad ofrece beneficios esenciales para los humanos, más allá de proveer materias primas. La disminución de la biodiversidad impacta negativamente en aspectos cruciales para el bienestar humano, incluyendo la seguridad alimentaria, la resistencia frente a desastres naturales, la seguridad energética y el acceso a agua potable y recursos básicos. Esta pérdida también influye en la salud humana, las relaciones sociales y la libertad de elección. La sociedad enfrenta múltiples metas que a menudo están en conflicto, muchas de las cuales dependen directamente de la biodiversidad. Cuando se modifica un ecosistema para optimizar uno de sus servicios, generalmente se provocan cambios adversos en otros servicios ecosistémicos.
Tomemos como ejemplo que las acciones destinadas a incrementar la producción alimentaria pueden resultar en una menor disponibilidad de agua para otros propósitos. Como resultado de estos compromisos negativos, varios servicios han sido degradados, como la pesca, el abastecimiento de agua y la protección contra desastres naturales. A largo plazo, el costo de los servicios perdidos puede superar ampliamente los beneficios inmediatos obtenidos por la transformación de ecosistemas.
A diferencia de los productos que se compran y venden en mercados, muchos servicios ecosistémicos no se comercializan ni tienen un precio claramente definido. Esto conduce a que los mercados financieros a menudo no reconozcan el valor de la biodiversidad y los procesos naturales como fuentes de beneficio humano. Actualmente, se están desarrollando métodos nuevos para evaluar económicamente beneficios como las actividades recreativas y el suministro de agua potable. Reconocer el valor económico total de estos servicios podría reducir significativamente o incluso revertir la degradación de los servicios ecosistémicos en las decisiones de política.
En el último siglo, mientras algunas personas se beneficiaron de la transformación de ecosistemas naturales y el aumento del comercio internacional, otras sufrieron las consecuencias de la pérdida de biodiversidad y el acceso limitado a los recursos necesarios. Los cambios en los ecosistemas están afectando desproporcionadamente a algunos de los más pobres del mundo, quienes tienen menor capacidad de adaptación a estos cambios.
¿Cómo es la tendencia actual de la biodiversidad?
Casi todos los ecosistemas del mundo han sido radicalmente alterados por la acción humana. Continuamos transformando estos ecosistemas para actividades como la agricultura, entre otras. La pérdida de biodiversidad y los cambios ambientales asociados ocurren a una velocidad sin precedentes en la historia humana. No hay señales de que este ritmo esté disminuyendo. Numerosas poblaciones de plantas y animales están disminuyendo tanto en número como en extensión geográfica. La extinción de especies siempre ha sido parte de la evolución natural de la Tierra. Sin embargo, las actividades humanas han incrementado la tasa de extinción en al menos cien veces en comparación con la tasa natural.
Comparar distintos indicadores de pérdida de biodiversidad no es tarea fácil. El ritmo de cambio en un aspecto, como la pérdida de diversidad de especies, no necesariamente refleja cambios en otros aspectos, como la pérdida de hábitat. Además, algunos fenómenos relacionados con la pérdida de biodiversidad son difíciles de medir, como la creciente presencia de ciertas especies en diversas partes del mundo y la disminución general de la biodiversidad.
¿Cuáles son los factores que contribuyen a la pérdida de biodiversidad?
La biodiversidad está disminuyendo rápidamente debido a varios factores, entre ellos los cambios en el uso del suelo, el cambio climático, especies invasoras, la sobreexplotación y la contaminación. Estos elementos, ya sean naturales o inducidos por el hombre, se denominan agentes de cambio y suelen interactuar y reforzarse mutuamente. Aunque es más evidente la conexión entre los cambios en la biodiversidad y agentes de cambio directos, como la pérdida de hábitat, también existen vínculos con agentes indirectos que impulsan muchos cambios en los ecosistemas. Entre los principales agentes de cambio indirectos se encuentran el crecimiento poblacional humano, la actividad económica, los avances tecnológicos y los factores sociopolíticos y culturales.
En los últimos 50 años, diferentes agentes de cambio directos han impactado significativamente en diversos ecosistemas. Por ejemplo, en los ecosistemas terrestres, los cambios en la cobertura del suelo han sido predominantes, como la conversión de bosques para la agricultura. En los sistemas marinos, por otro lado, la pesca, y especialmente la sobrepesca, ha sido un factor clave en la pérdida de biodiversidad.
De modo general, los principales impulsores de la pérdida de biodiversidad incluyen la alteración de hábitats, como la fragmentación de bosques; la introducción y expansión de especies exóticas invasoras fuera de su rango natural; la sobreexplotación de recursos naturales; y la contaminación, destacando el uso excesivo de fertilizantes que resulta en una acumulación de nutrientes en suelos y aguas.
Los recientes cambios climáticos ya han impactado significativamente la biodiversidad y los ecosistemas en varias regiones. A medida que el cambio climático se intensifique, se espera que los efectos negativos sobre los servicios ecosistémicos superen los posibles beneficios, como por ejemplo, una temporada de cultivo extendida, en muchas partes del mundo. Se anticipa que el cambio climático aumentará el riesgo de extinción de especies, así como la frecuencia de inundaciones, sequías, disminución de poblaciones y brotes epidémicos. Actualmente, los agentes de cambio que influyen en la biodiversidad son más potentes que en el pasado y ocurren simultáneamente.
Las múltiples amenazas podrían desencadenar efectos drásticos e imprevistos sobre la biodiversidad. La exposición a una amenaza a menudo hace que una especie sea más susceptible a otras. Los factores que conducen a la extinción pueden ser tanto locales como globales y pueden tener efectos inmediatos o a largo plazo. Por ejemplo, la extinción debido a la pérdida de hábitat puede ser rápida para algunas especies, mientras que para otras puede prolongarse durante cientos de años.
¿Cuál podría ser el futuro de la biodiversidad bajo diferentes escenarios proyectados?
La Evaluación de Ecosistemas del Milenio propuso cuatro escenarios posibles para prever el destino de la biodiversidad y el bienestar humano hasta 2050 y más allá. Estos escenarios varían entre un incremento en la globalización o en la regionalización, y entre una respuesta reactiva o preventiva a los problemas ambientales.
De acuerdo con estos cuatro escenarios, es probable que el área de cultivo agrícola aumente a expensas de los bosques, especialmente en países en desarrollo. Esto resultaría en una disminución sostenida de la biodiversidad, tanto local como globalmente, debido principalmente a la pérdida de hábitat. Los enfoques preventivos en la gestión ambiental serían más efectivos para mitigar esta tendencia.
Se anticipa que la biodiversidad acuática y ciertas poblaciones de peces disminuyan por factores como el exceso de nutrientes, la sobrepesca, la introducción de especies invasoras y la contaminación. La pérdida de biodiversidad tendrá repercusiones en el bienestar humano, tanto directa como indirectamente. Los impactos directos incluyen un mayor riesgo de experimentar cambios ambientales abruptos, como la marcada reducción de poblaciones de peces, inundaciones, sequías, incendios y enfermedades. Indirectamente, los cambios podrían provocar conflictos por la escasez de alimentos y recursos hídricos.
Aunque todos los escenarios contemplan un incremento en la renta per cápita, esto podría enmascarar un aumento en la desigualdad, como en el acceso a la seguridad alimentaria. Se necesitarán tomar decisiones críticas sobre cómo equilibrar objetivos conflictivos, por ejemplo, entre la producción agrícola y la calidad del agua, o entre el uso del agua y la conservación de la biodiversidad acuática. Las políticas que mejor conserven la biodiversidad también promoverán un mayor bienestar humano al preservar los múltiples beneficios derivados de los ecosistemas.
¿Cómo podemos adoptar medidas para conservar la biodiversidad?
Educar a la sociedad sobre los beneficios de conservar la biodiversidad y discutir abiertamente los trade-offs al priorizar ciertas opciones sobre otras son pasos cruciales para maximizar los beneficios para la comunidad. Generalmente, restaurar un ecosistema es mucho más costoso que proteger el original, y esta tarea gana importancia a medida que aumentan las áreas degradadas.
Es vital considerar la biodiversidad en la agricultura, la pesca y la silvicultura para asegurar su conservación. Estos sectores no solo dependen de la biodiversidad, sino que también impactan directamente sobre ella. El sector privado puede desempeñar un rol significativo, por ejemplo, adoptando prácticas agrícolas específicas. Hoy en día, muchas empresas asumen una mayor responsabilidad corporativa y desarrollan planes propios para la gestión de la biodiversidad.
Es esencial contar con entidades robustas en todos los niveles que fomenten la conservación de la biodiversidad y el uso sostenible de los ecosistemas. Los acuerdos internacionales deben incluir medidas para asegurar su cumplimiento y considerar tanto los impactos sobre la biodiversidad como las sinergias con otros acuerdos. Las acciones más efectivas para detener o reducir la pérdida de biodiversidad suelen implementarse a nivel local o nacional. Las leyes y políticas creadas por gobiernos centrales pueden empoderar a las autoridades locales para promover la gestión sostenible de recursos.
Los incentivos financieros, como los pagos directos por servicios ecosistémicos o la transferencia de derechos de propiedad a individuos, pueden motivar la conservación de la biodiversidad y el uso sostenible de los recursos.
La prevención y la acción temprana son los métodos más efectivos y económicos para abordar la problemática de las especies invasoras. Combatir y, más aún, erradicar especies invasoras una vez establecidas es extremadamente difícil y costoso, ya sea mediante el uso de químicos o la introducción de otras especies.
Es crucial abordar tanto los factores directos como los indirectos que provocan la pérdida de biodiversidad para proteger mejor tanto la biodiversidad como los servicios ecosistémicos. Las medidas podrían incluir la eliminación de subsidios dañinos, promover una agricultura intensiva sostenible, adaptarse al cambio climático, controlar el aumento de nutrientes en aguas y suelos, evaluar el valor económico total de los servicios ecosistémicos y mejorar la transparencia en los procesos de decisión.
Aunque los espacios protegidos son fundamentales para los programas de conservación, no son suficientes por sí solos para proteger completamente la biodiversidad, y no siempre se respetan. Para ser efectivos, es crucial seleccionar cuidadosamente la ubicación de estos espacios, asegurando que todos los ecosistemas relevantes estén adecuadamente representados.